domingo, 25 de diciembre de 2011

TATUAJES


TATUAJES

Hay tatuajes que instauran el acto del cuerpo, cuerpo-emblema, cuerpo-proclama...
Hay tatuajes que pueblan los suburbios de la piel, que despuntan tardíamente la orografía sin accidentes de la piel...
Yo amo en mí los tatuajes proferidos, los que el otro ser invoca como su rienda pictórica en mi piel, las huellas que el ser que se arriesga en mí elige para acarrear el porvenir...
Amo en mí los tatuajes que aún no llegan, pero que tienen la insondable memoria de futuro...

¿sufrimiento?


¿Sufrimiento?

Sufrimiento es siembra de lo crónico que algún día puede ser cosecha de lo agudo. Esa neurosis más elegida que proferida que nos evade de la vía franca de los deseos. El sufrimiento es un asma indoloro que nos toma el pecho, la comodidad incómoda de una dolencia que no estalla o la estructura consumiendo mansamente atisbos de lo intempestivo. El sufrimiento es aguantar y aguantar para evitar exponernos a nuestro trazo de expresión en el Universo. El sufrimiento es la apnea del arte, la espera en estado puro, la grisalla que nos vuelve adictos a nuestra identidad. El sufrimiento es la estría de la victoria, la que nos aloja en la importancia personal. El sufrimiento es el archivo de las pasiones suplicando arte que salpique. El sufrimiento es el ostracismo del dolor.

¿Dolor?

Dolor es drenar con aullidos. Dolor es gritar aquello que hemos negado y que nos hace diferir de nosotros mismos. Dolor es crecer (aunque sea involucionar). Es eso que no nos habían dicho que era así. Es la hondura de la sabiduría del derrotado. El dolor es estar siendo, dolor de estar siendo lo que es. Dolor es un llanto que no calma pero limpia. Dolor es tomar una decisión cuando la decisión ya nos ha tomado a nosotros.
Dolor es una vida que se asume en el último vértice de tu corazón que se aleja de mi corazón.
Dolor es el morir y no la muerte.
La vida concatenada con el arte.

OBJETIVOS


Movilizar al lineal
Desprender palabras de fuego y locura
Imbuir perpetuidades con clase
Evitar cargar con pesos
Revelar la idiotez de los puros
Subir al carro del éxito para hacerlo derrapar
Gestar grietas para abrir surcos por donde penetrar personas
Diferir el destino
Remover sedimentos paganos
Incitar con brillo en los ojos
Desamaestrar
Suscitar abrupta emancipación
Depredar lo preferible
Cotejar las copias
Malversar la sintaxis estandar
Inocular los indiscernibles
Avivar las aventuras del movimiento
Ensalzar el cubículo
Impedir que la forma cuaje
Prodigar rasgos de expresión refulgente
Dejar de limpiar las manchas de la ignonimia
Hacer caer la máscara del caritativo
Destronar las designaciones

VOS, YO, NOSOTROS, ELLOS

VOS, YO, NOSOTROS, ELLOS

Los yacimientos del amor a las multitudes están vacíos.
La boca se nos hace agua de reconocimiento.
Exhalamos grises a costa de no profanar la virtud.
Igual, en nosotros, es igual a peor que igual.
Te quiero. No te quiero. Mentirte que sí. Mentirme que no.
Tus éxitos me enojan. Tus fracasos me destruyen (aunque ello te obligue a comer de mi mano).
Subcomandantes de las pésimas.
Pasajeros de la cronicidad.
Monolitos con peso en la voz y sangre en la oreja.
No-ahincos que nublan el cielo cuando brilla el sol.
Alientos apelmazados en las palabras archirremanidas, en las voces recurrentes, en los ademanes estampados.
¡Cómo indisponen las certezas!
Igualitarios, siempre (por más que dividamos en subcategorías a los hombres).
Ya no atravieso tu puerta. Entro por tu ventana y regreso treinta años mientras vos envejecés otros treinta.
Así nos fuimos alejando del silencio del otro...
¿Deseamos, en verdad, un hombre, al cual se conmemore, en vida, en los aniversarios?

REENCUENTRO

REENCUENTRO



Por la promesa de las estéticas propulsadas en la diáspora.

Por los juramentos proferidos y violados en su curso.

Por esta voluptuosidad que nos apresta a redimir los tallados cuerpos de otoño.

Por los años del agujero. Por los de la simiente.

Por la sincronía de las expectativas.

Por el orgullo de mostrarle al otro que se creció. Que se es el mismo.

Por las sonrisas querelladas. Por las lágrimas cautivas.

Por la fe ciega en reparar lo irreparable.

Por el reloj de arena consumiéndose en nuestras manos.

Por los largos anocheceres y los lentos amaneceres.

Por los desafueros.

Por los desaguisados.

Por el ahínco en exhorcizar los espectros del desencanto.

Por las conexiones, las complicidades, los concilios, las coalescencias...

viejo refugio del sur

Camino por mi viejo refugio del sur. La ciudad de las innúmeras cotidianeidades se ha vuelto extraña. Los rostros de los seres amados ya no son los mismos rostros. Yo mismo me desdibujo, me descascaro, me descerrajo de toda certeza. Tal vez, en la mañana, un resplandor de inocencias se avalance sobre mí...

LATIR EN EL DECLIVE

LATIR EN EL DECLIVE

Un día, no menos que un día ...
Refulgirá mi halo sesgado de prudencias
Atronará mi carisma adormecido en los mercados
Emergerán del silencio mis confinadas palabras
que son benzenos, hervores, el puñal, lo apuñalado ...
Y aunque estalle el orden en el imperio de una noche
haré latir la maravilla en el empeño del ocaso
y expediré la rabia asfixiada en el declive
y celebraré las exequias de las medianías en el escaso margen de un remanso
y propulsaré el cuerpo por delante de todo
y expondré la verdad con las lindes hechas trizas
y seré un hombre sangrando en su caída
y haré que mi color se funda con mi trazo
y emitiré un signo que talle en la materia
y erigiré exultación sobre exultación en el marasmo
y promoveré un desfalco que cunda en los extremos
y engendraré un manifiesto, el último, en la inercia de un tiempo resecado